Osip Mandelstam

Yo he regresado a mi ciudad, que conozco hasta las lágrimas,
Hasta las venas, hasta las inflamadas glándulas de los niños.

Tu regresaste también, así que bébete aprisa
El aceite de los faros fluviales de Leningrado.

Reconoce pronto el pequeño día decembrino,
Cuando la yema se mezcla a la brea funesta.

Petersburgo, todavía no quiero morir.
Tú tienes mis números telefónicos.

Petersburgo, yo aún tengo las direcciones
En las que podré hallar las voces de los muertos.

Vivo en la escalera falsa, y en la sien
Me golpea profunda una campanilla agitada.

Y toda la noche, sin descanso, espero la visita anhelada
Moviendo los grilletes de las puertas.

Como hablar

Como hablar de cosas que alguna vez valieron algo a nuestros ojos. Como creer en océanos poblados de peces, como creer en animales que una vez existieron, en gemas y geodas, en altas cordilleras. Como dormir de lado y con la puerta cerrada. Como inventar negocios, como jugar con pan. Como mirar los árboles sin nombre. Como creer que existen los relámpagos. Como el olor a gato y pies suaves. Como mundos fantásticos con viento y hierba fresca. Como ríos pequeños, como sauces. Como heridas doradas y calles y fronteras. Como cosas que fueron y ya no tienen nombre. Como hablar sin motivo. Como escalar un muro que da a ningún lugar.