El color del verano o Nuevo Jardín de las delicias

Con una cruz al hombro, no una cruz, con algo parecido a un peso habré de caminar. Correrán los toriles mientras (ya es la hora llegamos tarde) yo sueñe con la carne despiezada, un aumento de lente para la canción del hombre. Imaginaremos perlas, una deliciosa prolongación de carreteras curvas, el presupuesto ajustado pero el camino no.

(Y la cruz elevándose, los tirones, algo memorable, difícil de olvidar)

Minuciosamente podría dibujarse cada árbol, las curvas del camino, los nombres extraños y los idiomas perdidos. Todo será como un baile, sin máscaras, sin labios leporinos, zapatos de cocodrilo, rímel y purpurina. Toda dictadura será nuestro camino. Un onanismo pleural: la voluntad de aire.

(Alabemos la pinga de leche en el café, los glúteos submarinos, juguetones)

Qué alegría llevarse toda la patria a cuestas. Recorrer preferencias y encontrar el camino para otras posiciones. Dejar que el dictador se ahogue sin esfuerzos. Sabiéndonos culpables disfrutar del trayecto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ayyyyyyyyyyyyyyyyy.....