[I’M] LOSING [MORE THAN [I] NEVER]

Así todo parece indicar [puesto] que es imprevisible una secesión de argumentos interpretativos [in]capaces de alcanzar una dinámica propia por la que pueda avanzarse en una trayectoria definida por las coordenadas estructurales / argumentales / equidistantes como somos de todo cuanto existe [hoy] será posible avanzar hacia un recodo ambiguo en el que [tú y yo] atravesamos estrechos recorridos que fueron o son [once veces] [caídos] [bajo] la superficie trabada de los bajos del coche en el que alguien besó como si fuera lo único que pudiera hacerse en ese momento [de pálida incertidumbre] en el que tú y yo amansados por la petrificada imagen de las colinas devastadas por el tiempo que fluye hacia una inconexa capacidad de suponer este punto [exacto] en el que tú y yo saliendo de alguna ingenua complicidad decidimos que ha sido bastante y nada podrá devolvernos [otra vez] al lugar en el que [una noticia] nos sorprendió de golpe agazapados incorruptos marmóreos murmurantes [son los [bellos] atardeceres] [en que] impúberes o apenas púberes [suelen recorrer la playa] bosquejos de algo que todavía no es para la muerte y en ese momento un rayo intersticial atravesando al cielo les fulmina sin que haya forma alguna de evitar lo que [de cualquier modo] apenas importa ni condiciona [otra cosa que] el instante o presagio o fugaz valoración en que caemos bajo el influjo permanente de una vigorosa obscenidad que se presenta ante los ojos [en forma de] eyaculación precoz [y nada más salir] toda la ciudad parece desvanecerse o registrarse en un ámbito [distinto] del que puede insinuarse que no es ciudad y es no obstante algo [que sin ser ciudad] es y siendo permanece pero no allí sino en otro punto cuestionablemente idéntico pero [en esencia] debería decirse que tan solo [similar como similares] [son las horas en las que] tú y yo capaces [como fuimos] de destruir el tiempo acabamos por conformarnos [con permanecer]

Como permanecen [los pájaros] encima de una piedra [he de recordar] estos momentos en los que nada parece [implicarme] y pretendo a pesar de ello recubrir la escena en [la que se desarrolla] cierta endémica propensión al método [cabalístico] desde el cual es posible confundir una mañana el castillo [desde el cual pueden observarse [al fondo] decenas de personas] [con] un caballo que pasta junto al arroyo moviendo [con el hocico] piedras que van al agua [que no he de beber] más de lo que [en un sentido estricto] sea [recomendable rechazar] si es que puede algo [rechazarse] [en modo alguno] por aquellos montes [podrían] aparecer [aparecer] [aparecer][á] [ha de aparecer] entonces [[todos] comenzamos a correr] y cualquiera que estuviera en condiciones de observar [el espectáculo] exclamaría

[¡Están locos!]

[¡Todos están locos!]

[¡Apiádense de sus corazones!]

[¡Destruyan sus corazones!]

Alimentémonos con el fruto perdido

Está allí creyendo que eso es lo que [es que] estar allí es lo que es porque [está] de ese modo es y sólo [de] ese [modo] [es] posible ser [porque] más allá [no existe nada] no existe [la muerte] impoluta conceptual la muerte [no es] ni está [por lo que] podría decirse que [allí] [sigue y] seguirá estando [siempre] del mismo modo [el] que no sabía [estar en] que creía [que estaba] y de hecho está [en este mismo momento] sin [que haya] otra posibilidad

Jerusalén

No de la sangre ni de la salínosa agua del mar gobierno pareceres. Ambas son a mí lo mismo que yo a ellas: paisaje reducido a la condición de lugar. ¿Quién como yo habrá de convencer de la sagrada inocencia que equivale a verdad? Si hubiéramos de perecer pereceríamos bajo las mismas condiciones. Mas, mientras algo sea, nos mantendremos unidas en este panteón de lo nombrado en que a veces nos expugnan, a veces nos impugnan -¡tantos son los caminos!-, sin compasión, sin piedad.

Juicios a la misantropía

Odio tanto a cada hombre como amo la historia y las obras de la humanidad entera. Podría desarrollarse una idea comunitarista para reconciliarnos con nosotros mismos, algo que nada tenga que ver con paternalismos beatíficos ni con una absurda idealidad que ni caga ni mea. Hay belleza en las torres que protegen del invasor y en las aspilleras que se proponen matarle. No en el asesino ruin que dispara la flecha, ya sea con rabia o sea temeroso. Tal vez sea la inteligencia, la expectativa humana, la que merezca el amor, esa sorpresa de Coetzee ante el torturador que vuelve a casa para cenar con sus hijos. No el torturador ni el torturado, la sorpresa.

Que farei quando tudo arde?


se pregunta Lobo Antunes, citando a un poeta del S. XVI. A lo largo de todos estos siglos Sá de Miranda ha observado los avances del tiempo sobre de la Puerta Especiosa de la catedral vieja de Coimbra. Lentamente, el aire ha ido apropiándose de los medallones hasta convertir los refinados rostros en desesperados gritos de un desvanecimiento fatal. Dentro, tres águilas bicéfalas que fueron bizantinas, austrohúngaras, serbias, toledanas y rusas, vigilan el reposo de Doña Vetaça, una princesa bizantina que presa de las telarañas políticas de la Edad Media europea acompañó los desvelos de una santa, escuchó las cantigas de un rey y mandó edificar una iglesia en Sines -donde se salvó de un naufragio y descubrió Portugal- que el gran descubridor, Vasco da Gama se encargaría de reconstruir tras su viaje a la India.

Yo respondo: Escribe. Haz que el corazón pase por encima del mundo.

Language City

De esta sucia ciudad sólo recuerdo un nombre que no contiene nada. Ella no es un hogar aunque puedo reconocer en mí un deseo de haberla sentido o de sentirla de nuevo cotidiana. Pero, ¿qué he de hacer allí?, ¿al otro lado de qué puertas podré sentirme propio? No hay comunicación posible entre esta ciudad y yo. Espero con igual ansiedad la llegada y la huida.

Las tijeras de Timur

Timur ejercitaba un juego al que no todos tienen acceso. Timur señaló los límites de las posibilidades del hombre, mostró lo que después descubriría Dostoyevski: que el hombre lo puede todo. Su obra se puede expresar con la frase de Saint-Exupéry: "Lo que yo hice, nunca lo hubiera hecho un animal". En lo bueno y en lo malo. Las tijeras de Timur tenían dos brazos: el de la creación y el de la destrucción. Estos son los brazos de la actividad de cad hombre. Sólo que habitualmente estas tijeras están apenas abiertas. Las de Timur, en cambio lo estaban hasta el máximo.

Ryszard Kapuscinski, «El billar en la mezquita de Bujara» en Las botas (La guerra del fútbol)

àporoi

Somos el cereal, el pasto, el multitudinario río de huevos de esturión y también aquel bar en Inglaterra en el que una muchacha salta con sonrisas y cola de caballo. Venimos del este, de donde no existe el mar. Habitamos los ojos del joven que atraviesa Paral·lel acelerando su moto esta noche cualquiera. Pervivimos así, vueltos máscara y nombre de otro pueblo, otro dios. Hay quien llevando un lazo y un sombrero se acuerda de nosotros sin que pueda siquiera sospecharlo. Así hay quién nos mira de lado y especula
-Mira, cómo se deshace esa gente.
-Cómo vive.
-Cómo llega rompiendo, quebrando pervirtiendo.
Y se llora, se gime, se vuelve un poquito atrás como si eso pudiera eliminarnos.
Nosotros somos la espada y la pared. Hemos llegado hasta aquí porque somos aquello que nos teme y deforma: la mujer serpiente de los bosques de Hilea, el sahumerio hilarante que acalla la congoja, la cimitarra, la roca en la que no se sentaba el sapa inca, el peligro que recorre Europa en un caballo o un tren. Por más que lo pretendan no podrán ser peores que nosotros porque estamos en ellos. Bebemos la misma sangre que sus labios añoran, la misma libertad. Nuestra victoria es el cielo abierto sobre nuestras cabezas, la línea del horizonte, la máscara que no llevamos y en nosotros se quieren colocar. Y tal vez no haya más que decir al respecto. Sentarse en una calle a mirar nuestros pasar. Alzarse. Caminar.

Esperando a los bárbaros

Los imperios han creado el tiempo de la historia. Los imperios no han ubicado su existencia en el tiempo circular, recurrente y uniforme de las estaciones, sino en el tiempo desigual de la grandeza y la decadencia, del principio y el fin, de la catástrofe. Los imperios se condenan a vivir en la historia ya conspirar contra la historia. La inteligencia oculta de los imperios solo tiene una idea fija: cómo no acabar, cómo no sucumbir, cómo prolongar su era.

J.M. Coetzee